Que el silencio del mundo logre envolverte, para que puedas comprender la maravilla de la soledad. Ese fantasma que te abraza cuando todos se van, el que logra consolarte cuando todos te han herido. Donde reina la paz y el silencio sobresale.
Que tus amaneceres se inunden de paz, como la pradera que visitabas de niño. La tranquilidad que te inundaba en el camino, la felicidad que sentĂas al apreciar la mezcla de colores que el paisaje te ofrecĂa.
Cuando tienes paz, recuerdas los momentos felices a lo largo de tu vida. Comenzarás a tararear la canciĂłn que tanto te gusta o simplemente te quedarás viendo al cielo. Todo irá tan despacio, que desearás llevarte la paz de la pradera a tu casa. Pero es imposible, asĂ como es difĂcil que no pienses en mĂ cuando la soledad te abrace.